martes, 18 de diciembre de 2007

Sobre la relatividad del tiempo

De haber estado sobre aviso, mi mano no se hubiese estremecido con ese cosquilleo de corriente eléctrica, ni mi corazón ese brinco, y mis ojos, traidores, descubriendo en un instante lo que mi mente escondería por años.
Pero fue el roce de tu piel, indiferente hasta que voltee para mirar, hasta que te reconocí con esa sonrisa esperando un gesto de mi cara que me delate.
Imposible ocultar lo que mis ojos dicen, sobran las palabras cuando hablan los sentimientos. Estúpido de mi, tanto tiempo invertido en soñar este momento con palabras cautas, mirada fría, sensatez y charla banal.
Mas todo fue inútil, delatado por mis ojos, no por mi boca... que permanece muda, aunque no se si cerrada ante el asombro de encontrarte tan cerca.
Segundos que parecen horas sin saber en que nos quedamos, de que hablamos, como nos perdonamos los errores, la herida... si aún duele la herida (que herida?), y las horas lejos de ti ahora parecen segundos, y son esos segundos los que necesité para darme cuenta...

No hay comentarios: