domingo, 4 de marzo de 2007

Ese sueño anhelado

Habia terminado de escribir otro mail lleno de deseo, de esos que me dejaban con una enorme exitación pero con un sabor amargo en la boca de que solo se tratase de mi imaginación. Deseos incumplidos y anhelados durante demasiado tiempo... nunca nos habiamos animado a "cruzar al otro lado de la calle" como te gustaba decirme y ahora nuestro vínculo parecía disiparse en manos del destino.
Pero esos viejos momentos supieron ser muy intensos, una especie de amistad, de pacto tácito entre dos personas que se entienden y se atraen no iban a ser dejados asi como asi guardados en el cajón del olvido y nuestras cartas luchaban en contra de ello.
Otra mas, esta última renovando el deseo de tenerte, de perdernos una noche entre sábanas blancas en la oscuridad cómplice de un cuarto de hotel... pero esta vez la respuesta fue distinta a las muchas anteriores, llego casi de inmediato, predestinada a no disminuir mi exitación.
La leí casi devorando las palabras... una exquisita invitación, escueta y muy precisa pero que llevo mi deseo al punto de perder la cabeza, no me importó mas nada cuando te leía invitandome a tu apto. y asi aprovechar ya un momento a solas que el destino habia permitido entre el trabajo, nuestras parejas e hijos, nuestros miedos y verguenzas.
Salí volando y mientras caminaba escuché tu voz cuando atendistes mi llamada... -Hola... Javier?-, que sonó algo entrecortada pero increiblemente apasionada... -Estoy llendo para ahi-, conteste y tu respuesta -Si, vení...- siguió resonando en mi cabeza hasta que toqué el timbre y volví a escucharte esta vez por el intercomunicador, ahora mas segura.
Abristes la puerta y nos quedamos mirando, tal vez buscando algun signo de cambio, pero no había ninguno, seguían ahi tu sonrisa franca, esos ojos que miran profundo, honestos y que en el fondo brilla el deseo.
-Estas sola?, no va a venir nadie?-... pregunté, -Si, quedate tranquilo- me dijistes pero al tomarte de la mano noté que temblabas un poco, o tal vez era la mia...
Te volví a mirar en silencio y como sobraban las palabras, nos besamos... nunca lo habíamos hecho y cuando mi lengua encontró la tuya nos abrazamos. Duró poco el beso... unos pasos en la escalera nos hicieron volver a la realidad, habíamos cometido una falta grave, habíamos olvidado cerrar la puerta. Nos reimos de error y de nuestra pasión que en nuestras charlas menudo nos jugaba la misma mala pasada.
Pero ahora estabamos solos, ahi parados en el living, las persianas bajas y el cuarto un tanto en penumbras, ya nada impidió que nos besasemos apasionadamente, nuestras lenguas rozandose y tratando de llegar profundo. Rapidamente la exitación crece y nuestros cuerpos pegados me hacen sentir tus tetas suaves aplastarse contra mi pecho y vos sentis mi miembro exitado sobre tu vientre.
Gemidos escapan de nuestras gargantas, pero sin aflojar el beso que nos une y nuestras manos se dedican a conocer la espalda del otro, a disfrutar apretando las nalgas, caricias que hacen temblar, estremecerse como ante el paso de una corriente electrica.
Todo se sucede rápido, los juegos lentos no son, esta vez, los adecuados para los amantes que tanta veces han imaginado juntos ese momento pero que nunca lo han vivido y haciendo breves interrupciones en nuestro prolongado beso nos vamos arrancando la ropa, quitandolas con desprecio considerandolas un completo estorbo al camino de nuestros deseos.
Vos te adelantas tomando la delantera... conquistas mi cuello y luego mi pecho con besos y tu lengua resbala hacia abajo hasta mi pene. Arrodillada frente a él se forma en mi una imagen tan anhelada... tu lengua lo lame, lo hace temblar de placer y tu boca se apodera de la punta, lo chupa y lo moja...
Parece que voy a morirme ahi del placer que me dan tus labios pero vos aún tenes una sorpresa que va a hacerme perder la cabeza... y suavemente empezas a tragartelo, devorando cada centímetro, siento tu lengua jugar con el, tus labios rozar la piel y el fondo de tu garganta que se abre para tragartelo todo. Increible imagen de tu cara contra mi vientre, y en tu boca, mi miembro ha desaparecido entero... mis manos rodean tu cabeza y sos consciente del inmenso placer que me da verte asi.
Pero decididos a no terminar el juego en una explosión de semen en el fondo de tu garganta, aflojas ese beso profundo y me miras a los ojos, complaciente pero deseando mas de mi. Te digo... -ahora me toca a mi- y nos vamos aprisa hasta el sillon del living para estar mas cómodos. Acostada sobre él, con las piernas abiertas, te dejas hacer caricias y a mi boca comerte los pechos, lamer tus pezones exitados por las caricias, mi verga roza contra los labios de tu concha y hace que desee penetrarte ahi mismo, pero tengo en mente mas caricias esta tarde.
Dejo de besar tus pechos para bajar por tu vientre y asi besar suavemente tus labios húmedos... es lo que estabas esperando y una sensación de placer te recorre, abris bien tus piernas para que mi lengua pueda alcanzar cada rincón de tu vulva y mi lengua la recorre de abajo a arriba hundiendose en ella como si te estuviese besando. Tu exitación moja mi cara y arqueas tu espalda cuando mi lengua te penetra, los gemidos de tu garganta hacen que la escena sea mas erótica aún y alimentan el deseo de seguir dandote placer. Pero tus palabras deciden los tiempos, aún siento un escalofrío cuando recuerdo tu voz, con palabras desencajadas por el deseo, una orden pero casi una súplica... -Metémela, cojeme toda Javi-. no me hice rogar y de un envión desapareció toda mi verga dentro de tus labios empapados por las caricias, un gemido al unísono resonó en las paredes de la habitación y el ritmo se fue acompasando a los crecientes quejidos que de nuestras bocas escapaban. No faltaba mucho para el orgasmo, mi verga resbalaba dentro de tu concha hasta que mis huevos se aplastaban contra tu cuerpo, mis manos sujetaban tus nalgas y las tuyas se agarraban de mis hombros. Con cada embestida el sillón se movia un poco y tus piernas levantadas se sacudían en el aire. Ya no podíamos detener la explosión que se venía y sentistes clarito como se hinchaba mi verga mientras acababa llenandote de semen... El ritmo intenso se había detenido, pero no asi nuestros gemidos que siguieron un momento mas mientras nos calmabamos, aún sin poder creer que el momento tan anhelado habia ocurrido y que había sido tan, tan intenso y además que podíamos repetirlo... la sola idea de ello era maravilloso.
Asi quedamos, uno sobre el otro encima del sillón, desnudos en cuerpo y alma, unidos por un abrazo y por un nuevo largo y profundo beso que nos llevó a mas momentos de pasión cumpliendo deseos tantas veces imaginados...